Recomendaciones

¿Qué se puede hacer ante la sospecha de que una persona del entorno esté pensando en el suicidio?

 

  1. PREGUNTAR:

Hablar y escuchar abiertamente, de forma responsable y sin prejuicios sobre el suicidio puede ayudar a prevenir la conducta suicida. Las preguntas se deben hacer de forma abierta, clara y siempre sin juzgar, culpabilizar o enfadarse con la persona.

Preguntar permite que la persona encuentre un espacio para comunicarse, dar voz a su sufrimiento y conectar con alguien con disposición a escuchar y acompañar sin juzgar, culpabilizar o minimizar su situación. Preguntar sobre la existencia de pensamientos de suicidio puede facilitar que la persona que sufre disminuya su sensación de soledad, desesperanza y dolor. Además, brinda la oportunidad de abordar el tema y de recurrir a recursos de ayuda especializados.

 

  1. ESTAR PRESENTE:

Estar presente para una persona que sufre, significa mantener un contacto habitual con ella, ya sea físicamente o a través de mensajes, llamadas… También significa mostrarse disponible para apoyarla en su situación, a través de la escucha y el acompañamiento. Todo ello puede ayudar a disminuir el sentimiento de soledad, desesperanza y sufrimiento de la persona en riesgo, aumentando a su vez, la conexión con otras personas y con la vida.

Es importante actuar de manera honesta, sin realizar promesas que no se puedan cumplir. A veces, acompañar a una persona que se encuentra mal no es fácil y es lícito no sentirse con la capacidad suficiente para ello. Es importante buscar recursos de ayuda tanto para la persona en posible riesgo como para nosotros y nosotras.

 

  1. FOMENTAR LA SEGURIDAD DE LA PERSONA EN RIESGO:

Procurar no dejar sola a la persona, mostrar nuestro apoyo y deseo de acompañarla, evitando el control excesivo. Retirar del entorno todos los medios potencialmente letales.

Los intentos previos de suicidio, un plan muy desarrollado o la existencia de medios potencialmente letales cerca, incrementan el riesgo de suicidio por lo que habría que actuar de forma preventiva acudiendo a recursos de ayuda específicos o recursos de emergencia como el 112.

Para más información consultar el apartado “Publicaciones” de esta misma web. (Que clicando te lleve al apartado)

 

  1. AYUDARLE A CONECTAR CON RECURSOS DE AYUDA:

En cualquier caso, ante una persona que sufre y manifiesta deseos de morir, se recomienda tener disponibles teléfonos de emergencia, así como acompañarle a buscar y a establecer contacto con recursos de ayuda, como su centro de salud y otros servicios especializados.

Para más información sobre recursos consultar el apartado “Enlaces de interés” e “Inicio”. (Que pinchando en ellos te lleve al apartado)

 

  1. MANTENER EL CONTACTO, PERMANECER A SU LADO:

Una vez se hayan puesto en marcha los pasos anteriores, es importante mantener el contacto, es decir, seguir estando presente. Las relaciones personales de calidad suponen un factor de protección ante el suicidio. Los vínculos de apoyo protegen y fomentan la salud y el bienestar.

 

Cuando una persona habla sobre su dolor, sus miedos, sus necesidades…

Se recomienda:

Escuchar respetando sus tiempos, sin apresurar o interrumpir.

Escuchar con apertura sus pensamientos y sentimientos, aunque no estemos de

acuerdo o pensemos de otro modo.

Respetar los silencios.
Permitir, acompañando con nuestra presencia, el desahogo emocional, el llanto.
Agradecer su confianza por abrirse y contar su situación.
 No culpabilizar ni hacer sentir mal a la persona por la situación que está viviendo.
No minimizar ni quitarle importancia a sus problemas, pensamientos y emociones.
No asociar los pensamientos suicidas ni otras manifestaciones de la conducta suicida con términos como “valiente”, “cobarde”, “egoísta”, “débil” …

 

¿Qué pueden hacer los gobiernos para prevenir el suicidio?

 

¿Cómo puede ayudar a alguien que está pensando quitarse la vida?